CARNE CULTIVADA

 

Mi vecino de parcela está contento. A estas alturas de finales de abril le han caído del cielo, al menos, 20 litros sobre su maltrecha cebada de hoja de pincho y claro, por ello va dando “de mano”, aunque sea de lejos. a todo el que ve. Tal es así, que da la impresión de que se ha olvidado de nuestras diferencias.

Yo ya le he dicho que un grano no hace granero, y que yendo para mayo, los calores van a subir y que, mejor, rece para que no se cierre el grifo.

Él, como de costumbre, conservacionista de AVAC, contumaz e irreverente, pendiente del futuro por eso de mejorar el presente, me ha sorprendido con un asunto relativo al cultivo de la carne comestible. Yo siempre he dado por hecho que los cultivos son de color verde, y crecen a cielo abierto, pero, no..

Se lo expondré como un acertijo:

La carne cultivada no tiene huesos ni cartílagos, la carne cultivada no pierde energía manteniendo funciones vitales como la respiración o la función renal, ni necesita bombear sangre en su interior, no tiene necesidad de desplazarse de un lado a otro para alimentarse, o abrevar cantidades ingentes de agua durante su ciclo vital, ni combatir enfermedades e inclemencias; vive, pero no vive y toda la energía, la emplea en crecer en peso y multiplicarse aumentando su volumen celular. La carne de laboratorio tiene un rendimiento impresionante, muy superior a los índices de transformación energéticos presentes en los seres vivos, (o más vivos).

La carne así, no genera malestar al animal. Ni físico ni psicológico.

Hace escasos meses, se anunciaba desde Norteamérica la consecución de la primera carne de pollo obtenida sin animales vivos. Este producto venía a incrementar el catálogo de productos de una empresa que ya estaba familiarizada con la producción artificial de carne de vacuno. Una vez organizado el proceso productivo y superadas las diversas barreras de tipo industrial, sanitario o moral, el lanzamiento al mercado se produciría a corto-medio plazo. ¿No les parece sorprendente? El corto plazo se presenta inquietante una vez mas.

La carne cultivada no produce ni expulsa metano al exterior durante sus digestiones, y por lo tanto, es inocente de contribuir negativamente al cambio climático. Por contra esta carne no produce estiércol  ni orines que podamos añadir al circulo del nitrógeno y de la materia orgánica; nada es perfecto.

Al Igual que en la industria médica, las células madre se obtienen de los animales vivos y son destinadas a la  fabricación de un musculo comestible en un laboratorio. La intención es elaborarlo en cantidad suficiente para atender a la demanda de un potencial comedor de tejido proteico, similar al producto obtenido de los animales sacrificados. El parecido del músculo inerte con uno de verdad es todo un reto y ya se obtiene, sometiéndolo como nosotros lo hacemos con los nuestros, a esfuerzos diarios. La cantidad de grasa y su calidad, tampoco será un problema.

Y ya metidos en producción y poniéndonos metafísicos, el sabor y el equilibrio nutricional pueden ser dedicados específicamente  a los diferentes sectores de población y a sus costumbres o necesidades alimentarias, introduciendo en su composición mas cosas que no sean carne propiamente dicha.

Hoy, en el habitual café de media mañana, va mi amigo, con el que siempre procuro coincidir, y me dice:

“La cuestión es la siguiente”:

Puesto que la energía no se crea ni se destruye, es obvio que se necesita alimentar ese cultivo, de pipeta y matraz, con algo para que se multiplique y se obtenga carne en cantidad. Además, el alimento resultante puede albergar en su interior cualquier cosa comestible de otra procedencia, en pro de una mayor perfección y equilibrio, si cabe.

De nuevo la pregunta es:¿Podemos producir algo los agricultores que sirva de energía o ingrediente en este proceso? Si así fuera, ante la demandante y hambrienta población mundial (argumento siempre mencionado, al que no se le ve la cara en cuanto a precios de los productos agrícolas), dispondría de comida suficiente y el agricultor tendría su papel en ello (de esperanza también se vive).

Pero volviendo a esto de la frecuencia de la lluvia, que no se me quita de la cabeza, creemos aquí en el café que, como en el comercio minorista, valen mas, muchos pocos, que pocos muchos, toda vez que, es mejor la  llegada de litros al suelo en suculentas y breves entregas, hasta, al menos mediados de junio, que una dosis intensiva y solitaria de este preciado elemento, y pare usted de contar.

¿Qué quieren?, las siembras directas han retenido lo que han podido pero necesitan continuidad. Lluvia en primavera y el respaldo de las lonjas; sería un puntazo en esta campaña  .. para todos. Para mi vecino de parcela seguramente, también.

Anselmo, el dueño del bar, no está en nada de esto. Antes de que nos hallamos dado cuenta, ha cogido la bayeta de lo sucio en su mano derecha y está que no quita ojo a una pareja de jóvenes enfrente de él; “¡Ya tendréis tiempo…!”; Mensaje y Bayetazo les han caído, al mismo tiempo.

Carlos Garrachón Arias

AVAC, mayo 2019

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